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Quiero probar el BDSM

¿Te suena Cincuenta sombras de Gray? Sí, esa novela erótica que revolucionó la forma de ver el BDSM y que dio más de una anécdota que contar en los círculos de amigos. Y es que el BDSM se veía hasta hace muy poco como una práctica extrema e incluso repudiada por muchos; causaba rechazo y se veía como sexo depravado hasta que la literatura cambió el paradigma. ¿Magia? No, fue información, apertura de mirada y una nueva perspectiva.

Esta forma de presentar las prácticas BDSM hizo que muchas parejas y personas sintiesen curiosidad y se planteasen que pudiese gustarles. Pero, aunque en la ficción parecía fácil, es cierto que tiene muchos matices y que requiere de mucha exploración y autoconocimiento. ¿Tú también te planteas probar el BDSM? Te contamos un poco más sobre esta práctica para que puedas despejar dudas y decidir si quieres probarlo.

Las siglas BDSM vienen de la sucesión de términos bondage, disciplina y dominación, sumisión y sadomasoquismo. Es una práctica en la que se adoptan dos roles completamente opuestos; por un lado, está la persona sumisa, quien suele ser la persona receptora de las prácticas y, por otro lado, el/la amo/a, quien da las órdenes y lleva la voz cantante en la práctica.

Lo característico de esta práctica es que lleva al extremo ambos roles. La sumisión total se suele lograr a través de las ligaduras (bondage), la privación sensorial, máscaras, etc. El rol dominante no tiene por qué ser siempre activo, siempre puede hacer que la persona sumisa realice prácticas para quien domina. Otro elemento muy característico es el dolor; el BDSM explora los límites entre el placer y el dolor, ese punto de dolor que se convierte en placer, y es este el rasgo que más polémica causa a la hora de decidir si probar estas prácticas o no.

¿Me gustará? Como en todo, hasta que no se prueba, no se sabe. Es cierto que puedes anticiparte y tener una respuesta aproximada haciéndote ciertas preguntas: ¿por qué quiero probar? ¿qué me despierta curiosidad? ¿dónde pondría el límite? ¿cuál es mi percepción sobre el dolor? Las personas con una sensibilidad alta al dolor pueden no disfrutar este tipo de prácticas y, por tanto, decidir no probar. Las preferencias sexuales de cada persona, así como su percepción psicológica y emocional acerca del sexo también son determinantes para ayudarle a encontrar la respuesta acerca de si puede ser una experiencia agradable o no.

“Quiero iniciarme en el BDSM, pero no sé por dónde empezar”. Te recomendamos que acudas a una tienda erótica y preguntes; no solo pueden ayudarte con sus preguntas a encontrar más respuestas, sino también a orientarte acerca de juguetes o accesorios con los que empezar, cómo usarlos y darte indicaciones básicas. Hay lecturas específicas escritas por profesionales que pueden ayudarte a iniciarte en el BDSM de una manera guiada y paulatina, respetando tus tiempos y con cuidado. Eso sí, evita inspirarte en libros de ficción o películas, porque no reflejan la realidad y puedes llevarte algún susto o tener una mala experiencia.

Las claves de esta práctica son dos: comunicación y confianza. Es muy importante establecer los límites desde el principio y de manera clara, manifestar lo que te gusta y hasta dónde quieres llegar, tus expectativas y miedos. La confianza es fundamental; saber que la otra persona respetará tus límites y que buscará el placer de ambos te hará sentir seguridad y tranquilidad, por lo que disfrutarás más la experiencia al iniciarte. Es recomendable que, si tienes la oportunidad, hables con gente que tenga experiencia en este tipo de prácticas; su bagaje y sus errores pueden servirte de aprendizaje y abrir más tu mente, o hacerte decidir que no es tu práctica ideal.

Sea como sea, tanto si te animas como si no, lo importante es que es una práctica sexual más que, siempre que sea respetuosa y consentida, su fin es el mismo que el de cualquier otra: disfrutar del sexo al máximo.

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