El cuerpo humano consigue cosas extraordinarias, entre ellas, crear vida. Es curioso cómo el placer, a través del sexo, da lugar a un embarazo y cómo el cuerpo de la mujer cambia y se adapta de manera natural e inteligente para lograr este proceso. Pero, como cualquier cambio, no se puede esperar volver al punto exacto en el que se estaba (a todos los niveles) justo después del parto.

Para empezar, debemos tomar conciencia de los cambios físicos, mentales y emocionales que conlleva el embarazo, el parto y el postparto. Para lograr cada cambio, el cuerpo femenino adapta su estructura y la producción de hormonas a cada fase del proceso, y volver a un punto de equilibrio no es una tarea breve ni sencilla para el organismo. Los ritmos y procesos de recuperación dependen de diferentes factores y son únicos en cada mujer, por lo que hay que ser paciente y respetarlos, que el cuerpo es sabio.

La recuperación física depende del tipo de parto (vaginal o por cesárea), de si ha sido necesario realizar episiotomías, de si se producen desgarros, si hay daños en la musculatura del suelo pélvico… Además, la aventura de la maternidad le suma al cuerpo no solo cansancio físico de falta de horas de sueño o lactancia, sino también el esfuerzo emocional y mental de adaptarse a un recién nacido y todo lo nuevo que conlleva. Es importante que el cuerpo esté recuperado físicamente para disfrutar sin dolor del sexo.

En ocasiones, la recuperación física del momento del parto no lleva excesivo tiempo, pero hay otros cambios a los que hacer frente. Es normal que, por los cambios hormonales, tarde en reaparecer el deseo sexual o éste sea bajo. También es posible que, si hay cicatrices, las primeras relaciones sean molestas. No te asustes si notas que tienes dificultades para lubricar, también es frecuente durante el postparto.

Trabajar la parte emocional es igual de importante. El cuerpo se recupera antes que la mente en el postparto, por lo que la comunicación con tu pareja y buscar ratos a solas, sin necesidad que sean para encuentros sexuales, les ayudará mucho. Empezar por una cita, una cena o salir al cine puede ayudar a reavivar la llama y reconectar con el deseo sexual.

Parece que todo lo que te estamos contando sea malo, ¡pero no! Aunque la paciencia sea la mayor aliada de este proceso, también hay pequeños consejos que vamos a darte para facilitarte el que disfrutes esta nueva etapa sexual del postparto:

• Utiliza un lubricante durante las primeras relaciones con penetración tras el parto. No solo te ayudarán con la lubricación, sino también a reducir posibles molestias en cicatrices.
• Relaja la zona antes con baños calientes y vaciando la vejiga, así eliminas resistencia muscular. Si sientes molestias después, puedes aplicar un paño frío o hielo en la zona.
• Tras el periodo de descanso recomendado, puedes volver a fortalecer el suelo pélvico con ejercicios de Kegel.
• Si te está costando recuperar el deseo o sientes molestias, no empieces la casa por el tejado: un masaje, el sexo oral o la masturbación son ideales para recuperar la conexión y la intimidad con el placer.
• Prende la llama de nuevo. El cuerpo cambia, pero trabajar en sentirse deseada o en hacer sentir deseada a tu pareja es posible. Arreglarte, usar lencería, recordar lo que te gusta de esa persona y decirle que sigue despertando en ti el deseo es importante.
• Crea momentos de intimidad. Si necesitas simplemente estar a solas con tu pareja, una escapada, un paseo o simplemente un rato sin bebé hacen maravillas. En caso de que empieces a sentir deseo y quieras avivarlo, puedes probar juegos sexuales o estimular los sentidos para crear una atmósfera erótica.

El proceso de recuperación física y de adaptación como madres y padres no es sencillo, pero también es una aventura que se vive como pareja y que ayuda a crecer. Pensar que has iniciado una nueva etapa en tu sexualidad, en lugar de “perder” la vida sexual que tenías antes te hará ver el sexo con una nueva perspectiva y, quien sabe, ¡incluso animarte a probar cosas nuevas!