Seguro que has escuchado muchas veces la afirmación de que “el tamaño (no) importa” haciendo una referencia directa o indirecta al pene. Lo cierto es que sí importa, al menos para la persona que lo tiene, y esta preocupación suele venir por un estigma producido por unas creencias que queremos desmitificar.

La microfalosomía o micropene se produce cuando el pene tiene un tamaño inferior al que se considera clínicamente normal. Las causas pueden ser hormonales, puede estar producido por diferentes síndromes o no tener un origen específico. En el caso de tener un origen hormonal, la microfalosomía puede tratarse a través de andrólogos y endocrinos para equilibrar las hormonas.

El tamaño del pene no afecta a sus funciones, por lo que los hombres con micropene no tienen por qué tener disfunción eréctil o problemas reproductivos; sin embargo, a la mayoría le afecta a nivel psicológico, ya que les hace creer que tienen un estigma y les condiciona en sus relaciones sociales y de pareja, llegando a suponer un verdadero problema. Pero ¿por qué sucede esto?

La explicación más sencilla es que asociamos mayor tamaño del pene a mayor placer. Sin embargo, esta explicación no tiene ninguna base científica; de hecho, un pene demasiado grande puede producir dolor y lesiones, por lo que esta afirmación sobre el tamaño queda desmontada. La industria pornográfica ha ayudado a alimentar este mito con la imagen de los cuerpos masculinos que muestra, que no son realmente representativos de un tamaño habitual del pene.

Estos mitos provocan una serie de estigmas que causan verdaderos problemas a las personas con micropene en sus relaciones sociales, sexuales y de pareja. La mayoría de los hombres con micropene se sienten profundamente acomplejados y una gran parte rechaza tener relaciones sexuales por vergüenza o miedo al rechazo. Para algunas parejas esto supone un verdadero problema en sus relaciones, especialmente por las limitaciones psicológicas con respecto al sexo que tiene la parte masculina.

Abordar estos miedos y limitaciones, así como romper con estas creencias sobre el tamaño del pene con la ayuda de profesionales como psicólogos o sexólogos puede ser de gran ayuda. Elimina gran parte del problema, que está en la mente, y permite abrir nuevas vías para explorar el placer sin centrarlo en el tamaño. El efecto positivo no solo repercute en la salud mental de la persona que pasa por el proceso terapéutico, sino también en la relación de pareja.

¿Y qué papel juega la persona que se encuentra con alguien con micropene? La reacción es muy determinante, tanto de manera positiva como negativa. La comprensión y empatía hacia la persona es fundamental y la información es una gran aliada. Permitir que la otra persona se exprese, escuchar sin juzgar y dejar que se abra y cuente sus miedos son los primeros pasos.

Las parejas con esta realidad no deben sentirse limitadas. El sexo es mucho más que penetración y, además, los juguetes sexuales son grandes aliados en estos casos. Comunicarse y trabajar para descubrir juntos qué funciona para que el sexo sea placentero y disfrutarlo es siempre la clave. Además, hay artículos como los alargadores de pene o las bombas para micropene que pueden ayudar en el momento del encuentro.

Lo más importante es evitar frustraciones. Sabemos que es difícil en un principio, pero con la información adecuada, trabajando en las creencias y mitos y, sobre todo, en la autoestima y derribar estigmas, se puede disfrutar perfectamente del sexo sin importar el tamaño.